RELATO DE LA MAMÁ
Por más de 10 años de mi vida viví al lado de un individuo que abusó de mi hijo y de mi persona (sometiéndonos psicológicamente). Usaba diferentes métodos como por ejemplo: No nos dirigía la palabra, se concretaba a levantar los hombros, cerró todos los gabinetes con llave, en toda la casa las ventanas tenían que permanecer cerradas y con persianas de madera, las cuales no nos permitían ver ni nuestro propio jardín.
No pude hacer llamadas telefónicas dentro de mi casa con mis familiares que viven en México ya que los tuvo limitados. Si mi bebé lloraba y yo me levantaba a consolarlo, me preguntaba si era yo estúpida. Si se me ocurría bañarme para irme a mi trabajo y yo dejaba a mi bebé en la cama y se hacía popo él agarraba el pañal, se metía a la regadera y me lo aventaba en la cara. A mi bebé nunca lo cargaba, ni de día, ni de noche, no pasaba a recogerlo con frecuencia, si acaso tres veces en tres años.
Si él no trabajaba y se me ocurría que el bebé se quedara en casa, él se ponía furioso y no me contestaba el teléfono en todo el día. Tenía que mandar que vieran si algo pasaba. Jamás le volví a dejar al bebé. Nunca participó en los momentos en que estaba enfermo, que eran múltiples, sobre todo por sus bronquios que requerían nebulizaciones día y noche. Nunca me acompañó al pediatra. Cuando fui a África con él, me quería dejar en una isla, se subió a una avioneta, debido a que me faltaba una visa y no me apoyó en esos momentos.
Estos son algunos de tantos ejemplos del maltrato.
Inicio un divorcio
Inicié un proceso de divorcio hace más o menos 2 años y todos se volvieron en contra de mi hijo y de mi persona. La juez y la abogada del Paso, TX. me dieron la espalda, no tomaron en cuenta los diagnósticos de diferentes médicos, neurólogos, psicólogos, etc., que desde la infancia más temprana habían atendido y diagnosticado al niño. Dichos médicos sugerían que el niño no debía ser separado de mí ya que no conocía a su padre y esto le causaría graves problemas. Se metieron documentos debidamente traducidos y apostillados a la corte pero nadie hizo caso.
Lloraba yo con mis abogados, solicitándoles un abogado que representara a mi hijo y se me negó durante un año. Hasta que el abogado contrario puso uno a su conveniencia.
Desde un principio en el proceso del divorcio por sugerencia de mi primera abogada me salí de la casa y mi abogada me dijo que debía regresar en quince días, razón por la cual deje todas las cosas de mi hijo y mías allí. Regresé acompañada de mis sobrinos, pero inmediatamente me llamaron a Corte y la Juez del Paso lo vio muy mal, me regañó, haciéndome sentir muy mal. En la segunda audiencia, pedí un intérprete y le expliqué a la Juez que yo me había salido de la casa por sugerencia de mi primera abogada, que no tenía a dónde ir y que no conocía a nadie que me diera asilo. De una manera absurda y muy grosera, la juez nos puso en la calle, a pesar de que en la corte yo estaba desesperada y llorando. Le supliqué que no teníamos a dónde ir, que qué iba yo a hacer con mi hijo sin ropa, sin muebles y sin nada, la juez contestó:
-Vete con tu mamá o vete a donde quieras.
Así pasó, mi hijo y yo nos quedamos en la calle sin ninguna de nuestras pertenencias y así han pasado ya casi dos años. No nos asignaron pensión, casa, protección, ni nada.
En pleno siglo XXI, así se encuentra la discriminación a las mujeres y niños. He llorado mucho, he perdido mucho peso y no se diga mi hijo, el cual está actualmente fuera de control. Presenta insomnio, anorexia, pérdida de interés por sus juguetes, agresividad con todos y todo. Llora desesperadamente cada vez que sabe que el padre vendrá a recogerlo y destruye todo.
He ido al consulado de mi país, México. El Fiscal se portó terriblemente mal con mi madre y conmigo, y me sacaron de ahí como si fuera una delincuente. Nadie en los Estados Unidos me apoyó, a pesar de que cambie cuatro veces de abogado.
¿Discriminación racial?, ¿Maltrato psicológico?, ¿Maltrato a mi hijo?
¡Claro que sí!
Pero esto no es nada, me quieren arrancar a mi hijo de mis brazos, de mis cuidados y el niño me cuenta que ya van cuatro veces que su padre lo lleva a Houston, le sacaron huellas digitales de su pulgarcito, sin mi autorización para hacerle un pasaporte alemán, poniendo en grave riesgo su integridad, pues sus pretensiones son llevárselo a Alemania para que yo nunca lo pueda tener.
Les he compartido pruebas, vean los vídeos y los audios de cómo mi hijo no se quiere ir con él.
¿Qué clase de padre es el que viendo, oyendo y sintiendo la angustia del hijo y madre, se lo lleva contra su voluntad?
He decidido hablar después de muchos años durante los cuales me tuvo amenazada, incluso se robó el pasaporte cuando mi hijo tenía un año. Mi madre lo reportó a las autoridades y cuando le comuniqué a él que quien pretendiera sacar a mi hijo de América, lo detendría la policía, inmediatamente me lo entregó, dejándolo en el buró del dormitorio.
He vivido diez años insoportables, llenos de sumisión y maltrato. Llevo dos años aterrada por las decisiones de las leyes del Estado de Texas.
Actualmente a partir de febrero del 2015, mi hijo y yo estamos tranquilos. Ahora estoy feliz y doy gracias al Lic. Salvador Burciaga, hombre honorable, recto, incorruptible, a diferencia de los abogados que durante dos años me timaron y me hicieron firmar sin traducción y sin asesor consular.
¡Qué diferencia cuando realmente se es hombre!
Gracias también a Derechos Humanos, al Juez mexicano, a mi familia y a todos ustedes que me están apoyando.
¡Viva México!
¡Viva la Libertad!
¡Viva la vida!
¡Dios los bendiga a todos!